viernes, 27 de noviembre de 2009

Las siete plagas de América Latina


El periodista belga Michel Collon aterrizó hace unos días en Bilbao para participar en una conferencia organizada por GITE-IPES. En ella habló sobre su último libro, 'Los siete pecados de Chávez', y analizó cómo se manifiesta la dominación imperialista en América Latina y, por extensión, también en África. Por último se refirió a Venezuela, cuyo sistema caminaría hacia el Socialismo creando la estructura y la superestructura necesarias para ello.

Collón hizo un repaso a la tragedia sufrida por el continente americano desde el 12 de octubre de 1492. A partir de esa fecha lo que después sería el Reino de España realizó un genocidio de magnitudes incalculables y expolió las riquezas de aquella región para beneficio de sus clases dominantes y del resto de potencias de la época. “Detrás de la riqueza siempre hay un crimen”, citó, recordando a Honoré de Balzac.

Continuando con su exposición, explicó como tras la dominación militar abierta de Latinoamérica, el Imperialismo ha cambiado su estrategia hacia otro tipo de dominación mediante las que calificó como 'Siete plagas'. (Lamentablente aquí sólo puedo ofrecer cinco de las siete):

1. El imperialismo, tanto usamericano como europeo, asentaría su dominio sobre Sudamérica y África mediante una burguesía vende-patrias cuyo único interés es enriquecerse a través de la exportación de los recursos del país, sin que los beneficios reviertan al mismo. Citó el ejemplo de Petróleos de Venezuela SA durante los gobiernos de la IV República. En aquel periodo los millones sacados de la venta del petróleo, fundamentalente hacia EEUU, nunca llegaron al país, sino que misteriosamente se quedaron por el camino llenando los bolsillos de la actual oligarquía venezolana.

2.Otra de las bases de la dominación imperialista sería la destrucción de la agricultura local, que Collon calificó como “asesinato”. Estados Unidos está llenando los supermercados sudamericanos de productos agrícolas con un bajo precio con el objetivo de copar ese sector. Esto provoca que los productos locales no se vendan al tener un precio mayor, lo que está arruinando a los campesinos del país. Además, mucha de la tierra cultivable se está destiando a la soja y a los biocombustibles de cara a la exportación, revirtiendo los beneficios en la clase terrateniente y no en el pueblo.

3.La deslocalización de las empresas del norte hacia el sur. Lo que provoca la pérdida de empleos en los pripios EEUU y la precarización (bajos salarios, condiciones laborales indignas) del empleo en los países receptores.

4.Las privatizaciones de los años 80 y 90. La casi o total desaparición del sector público en estos países ha hecho que el precio del transporte, la sanidad, la educación... aumente considerablemente, lo que repercute en el encarecimiento del coste vital y en la consiguiente pauperización de la clase trabajadora.

5.La deuda exterior. Los países subyugados hace tiempo que pagaron su deuda exterior pero se les mantienen unos altos intereses. Esto provoca varias cosas: a- no pueden dedicar ese dinero para otras cosas importantes b- a cabio de “perdonar” toda o parte de esa deuda estados imperialistas les obligan a dejarles libre tal o cual mercado interior, a comparles tales o cuales armas y productos manufacturados, a permitirles instalar allí determinada industria con unas ventajosas ventajas fiscales y de otro tipo.

Respecto a la situación venezolana, Collon explicó como Chávez ha revertido la situación con PdVSA de la IV República y ahora el dinero del petróleo sí llega a manos del Estado, y el Estado utiliza ese petróleo para financiar las Misiones. En este punto indicó la necesidad que tiene el proceso bolivariano de crear “una industria total” más allá de la petrolífera con el fin de fortalecer la economia venezolana y así no ser tan dependiente de un único sector. “Con el petróleo se financian las Misiones y se mejora el bienestar social de la población. Pero esto no es suficiente porque no se trata de crar una sociedad subvencionada”, expresó.

Recuperar los beneficios del petróleo le debería permitir al Estado venezolano crear una base económica sobre la que organizar ese socialismo al que aún no han llegado y al que aspiran llegar algún día. Con ello, también avanzarían hacia la creación de la superestructura que les permita construir el socialismo. Mientras no controlen totalmente ambas facetas no podrán dar un paso más profundo hacia un sistema socialista completo.

Pronto el portal www.cubainformacion.tv colgará el video sobre esta conferencia y una entrevista en exclusiva con el propio Michel Collon.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Ampliar la base social del antifascismo para derrotar al fascismo


Algunas aportaciones para la normalización del movimiento

Bajo la agudización de la crisis general del capitalismo, el fascismo tiende a pasar a la ofensiva utilizando la demagogia como su principal herramienta para atraer a los sectores políticamente más atrasados de la clase obrera, a la pequeña burguesía arruinada por el propio capitalismo, el campesinado pobre y la juventud sin futuro. El fascismo aprovecha las necesidades y exigencias más cadentes de la población para azuzar los prejuicios más profundos de esta y arrastrarla por el camino del odio, la xenofobia y la violencia. Ejerce así de punta de lanza de la contrarevolución mundial contra los trabajadores y los pueblos y en favor de la guerra.

La extensión de la actividad de las organizaciones fascistas y su mayor arraigo social durante estos años no es por casualidad. La burguesía, ante la creciente pauperización de cada vez mayores capas de la población, necesita dividir a los sectores populares y enfrentarlos entre sí, y para ello echa mano del fascismo (abierto o disimulado), para, mediante un discurso pretendidamente anticapitalista, explotar las ansias de la clase trabajadora por un futuro mejor y arrojarla despúes bajo la bota opresora y explotadora del gran capital. Queda clara, pues, aquella 'vieja' definición del fascimo como “la dictadura terrorista abierta de los elementos más reaccionarios, más chovinistas y más imperialistas del capital financiero”.

Mientras el fascismo crece y se desarrolla entre las masas de trabajadores el movimiento antifascista corre el riesgo de quedarse atrás y ser aplastado sino se dan pasos hacia adelante para ampliar su base de apoyo entre la población.

Dos son los problemas principales que arrastra el movimiento antifascista en la actualidad y que debe encarar sin demora: falta de unidad de acción y de objetivos, y la falta de participación de la mayoría de la clase trabajadora en la lucha contra el fascismo.

Para que el movimiento antifascista avance es preciso dejar claro que 'ser antifascista' no es una ideología, ni una moda o contracultura; sino la réplica a una expresión de la lucha de clases que se da bajo el capitalismo. Por eso, dentro del movimiento antifascista pueden, y deben, convivir desde el respeto diversas ideologías y posicionamientos políticos que asuman una práctica decidida de lucha contra la explotación capitalista y sus consecuencias.

Esto solo puede darse a través de una organización unitaria e independiente del control de 'sectores', 'partidos' y otros 'agrupamientos', de manera que podamos obtener un marco políticamente claro para un movimiento antifascista lo más amplio y eficaz posible que de respuesta a los problemas actuales.

Lo primero que se debe tener claro a la hora de combatir el fascismo es qué es contra lo que se lucha. Por un lado están las políticas o actidudes más o menos reaccionarias, que deben ser atacadas como tales, y por el otro lo que sería una situación de fascismo real: una dictadura terrorista abierta de los sectores más reaccionarios e imperialistas del capital financiero, antidemocrática por naturaleza y que agrede a la paz entre los pueblos. Es por eso que la base del fascismo como tal es económica y este no es más que una expresión de la lucha de clases.

En base a lo anterior, el movimiento antifascista debe proyectarse, acompañar si se prefiere, hacia las necesidades y exigencias más candentes de la clase obrera, pues sólo así podrá aumentar su base de apoyo y nutrirse de los elementos más combativos de aquella. Así, uno de los objetivos primordiales del antifascismo sería extenderse hacia otros sectores sociales de manera transversal, como trabajadores de todo tipo, estudiantes, intelectuales, etc. todos ellos de diferentes tendencias ideológicas, preferentemente de izquierdas, pero demócratas en el pleno sentido de la palabra.

Claro está que dentro de un movimiento unitario de oposición al fascismo habrá sectores que sólo asuman una parte de lo expuesto más arriba, al menos de inicio. Pero la asunción de esa diversidad debería abrir la puerta a que participen en el movimiento otras clases sociales afectadas en sus intereses económicos por el propio capitalismo, como son la pequeña burguesía e incluso algunas capas de la burguesía no monopolista.

Normalizar el movimiento antifascista, atraer al mismo al mayor número de trabajadores posibles, extender su actividad entre otras clases y sectores sociales es lo que dará al mismo una mayor eficacia e influencia social. Se trata, en definitiva, de extender entre la sociedad un antifascismo ordinario en contraposición a ese fascismo ordinario que cada día actúa con mayor frecuencia.